Setenta años de la biblioteca Quevedo de Villanueva de los Infantes


El 19 de enero de 1954 se inauguró la Biblioteca Pública Municipal de Villanueva de los Infantes. Con anterioridad a la apertura, el 14 de abril de 1953 el diario ABC titulaba “Más bibliotecas y menos analfabetos”

La aparición de la biblioteca pública tal y cómo la conocemos es el resultado de diversos factores. Un proceso que comienza a lo largo del s. XIX en España y especialmente las bibliotecas municipales con el Sexenio Revolucionario (1868/1874), completándose durante la II República con el Patronato de las Misiones Pedagógicas. No es un proceso lineal, sino con altibajos y periodos discontinuos. Se les denominará biblioteca pública o “popular”, entendidas como como instrumentos democratizadores de la cultura por el uso de los servicios de lectura colectiva dirigida especialmente al pueblo llano y ubicadas en el ámbito escolar, complementándose con las escuelas.

Con la restructuración del Ministerio de Instrucción Pública a finales de 1938 el Plan Bibliotecario de María Moliner será ignorado; organizándose posteriormente una política bibliotecaria nacional centralista y censora, que se va reorientando en los años cincuenta y sesenta.

El día 19 de enero de 1954 se inauguraba oficialmente la Biblioteca Pública Municipal de Villanueva de los Infantes. Con anterioridad a la apertura, el 14 de abril de 1953 el diario ABC titulaba “Más bibliotecas y menos analfabetos” por la inminente “creación y apertura de quince nuevas bibliotecas en pueblos importantes de la provincia de Ciudad Real”. Se hizo realidad con la orden ministerial de Educación Nacional el 19 de julio de 1953 (BOE nº 200/1953). Con la mencionada orden ministerial se crean las bibliotecas de los municipios  de Puertollano, Daimiel, Tomelloso, Alcázar de San Juan e Infantes; con carácter autónomo permitiendo el acceso al libro a los ciudadanos.

Históricamente se puede decir que el servicio bibliotecario de Villanueva de los Infantes consta de cinco etapas desde la creación de aquellas bibliotecas “populares” de la que formó parte en el Sexenio Revolucionario.


La primera etapa o primera biblioteca coincide con el Sexenio Democrático (1868-1874) cuando a nivel nacional existía una preocupación creciente por la lectura y se crean las bibliotecas populares en un intento de llegar al obrero y al hombre del campo. En materia de bibliotecas, el ministro José Ruiz Zorrilla creó las Bibliotecas Populares en las escuelas para la utilización del público en general. Las bibliotecas eran solicitadas por los ayuntamientos, maestros o diputados provinciales, dando el Ministerio de Fomento preferencia a las solicitudes acompañadas de un compromiso municipal de atender gastos de instalación, incremento de la colección, etc.  Se crearon setecientas bibliotecas en veinte años, entre ellas la de Villanueva de los Infantes siendo alcalde Jacinto de Bustos. Recogió el cajón de libros que componía la biblioteca popular el diputado a Cortes Gabriel Rodríguez. El lote fundacional de ciento sesenta y tres volúmenes y seis hojas serviría de base a la biblioteca popular -haciendo el número de la colección el 232-, se recibió en octubre de 1871. Se remite tres catálogos y una copia de las instrucciones para la organización de las bibliotecas populares; además de veinticuatro disposiciones generales firmadas por el ministro de Fomento José Echegaray, orientadas a la fundamentación de la necesidad de la biblioteca popular del liberalismo progresista español de la época. Esta biblioteca “popular” en Villanueva de los Infantes estuvo ubicada en la Escuela de Instrucción Primaria bajo la dirección del maestro Tomás Rojas González, al que se le hizo entrega del lote como bibliotecario desde el ayuntamiento. Se recibieron por parte de la Dirección General obras hasta finales de la última década del s. XIX y era el bibliotecario quien recibía los ejemplares y los adicionaba al inventario general, con acuse de recibo de los ejemplares.

Tras la llegada de los lotes, se insistía en el acuse del recibimiento con el recibí y el conforme tanto del alcalde como del bibliotecario, el citado maestro Tomás Rojas y González.

La mayoría de las bibliotecas creadas de este periodo tuvieron una vida efímera al depender del voluntarismo de maestros o incluso razones electoralistas, por el deseo de los alcaldes de mostrar intereses culturales que realmente no existían. La Restauración supuso la pérdida del espíritu que se había gestado en el Sexenio Democrático. Sería el liberalismo progresista el promotor principal de la difusión de las bibliotecas populares. En la provincia de Ciudad Real en el primer cuarto de siglo XX existían tres bibliotecas municipales, la más antigua la biblioteca de Almadén impulsada por un particular en 1909, Almodóvar del Campo creada en 1924 y la biblioteca de Manzanares fundada en 1927 como biblioteca popular circulante.

Segunda etapa, las bibliotecas de la República

La segunda etapa o segunda biblioteca surge con la II República (1931/1939) con el movimiento renovador del Patronato de las Misiones Pedagógicas, coordinadas por la lexicógrafa y bibliotecaria María Moliner; cuyo propósito era difundir la cultura entre la población rural y las clases trabajadoras. Se crearon más de cinco mil quinientas bibliotecas en España. En Ciudad Real el Patronato de las Misiones Pedagógicas entre 1932-1934 crearon treinta y seis bibliotecas mediante la Junta de Intercambio y Adquisición de Libros para Bibliotecas Públicas; un organismo centralizado para la inversión y administración.  La normativa estaba regulada por el decreto 13 de junio de 1932. El ayuntamiento solicitaba la creación de la biblioteca y estaba regida por la Junta Local, debía aportar el edificio, garantizar el horario y el servicio de préstamo. Villanueva de los Infantes en este periodo contó con la organización de una biblioteca en la planta baja del edificio de la escuela de santo Domingo y se realizaron celebraciones como la Fiesta del Libro .

Después de los años difíciles de la guerra civil y la postguerra muchas bibliotecas desaparecieron o cesaron su actividad. Así el 1 de marzo de 1940 tras ser constituido el Patronato para el fomento de Bibliotecas, Archivos y Museos Arqueológicos en la provincia de Ciudad Real, el Gobernador de la provincia requiere con toda urgencia un informe al alcalde de Villanueva de los Infantes sobre “los extremos siguientes: 1º qué bibliotecas existen en la cabeza de partido o en cualquiera de sus pueblos, y si estas han sido convenientemente expurgadas y 2º Todo lo referente a las vicisitudes que los fondos documentales, bibliográficos y artísticos hayan podido sufrir durante el periodo rojo”. En este periodo de posguerra se crearon en la provincia de Ciudad Real las bibliotecas municipales de Campo de Criptana en 1939 y la de Valdepeñas en 1951.


La biblioteca “de la Falange”

La tercera etapa o tercera biblioteca, los diarios de la época relatan la noticia con el titular “La Falange de Infantes ha creado una nutrida biblioteca“, con dos subtítulos “Está abierta en la Jefatura Comarcal”, y la entradilla “Figuran en ella numerosas obras de carácter político y científico”. El cuerpo de la noticia exalta “la eficaz labor del magisterio… inculcando con verdadero celo y espíritu de patriotismo los conocimientos y formación religiosa”.

La nueva biblioteca estaba instalada en la Jefatura Comarcal del Movimiento; es decir en la primera planta del ayuntamiento como se puede observar en la fotografía que aparece en el diario Lanza del 8 de junio de 1943. La crónica relata la creación de una biblioteca, elogiada por toda la jerarquía y puesta a disposición de todos los alcaldes, jefes locales y camaradas del partido judicial. Una biblioteca admirada por la “selección de diccionarios cuidadosamente clasificados: Diccionario Espasa y el Hispano Americano, innumerables obras de texto … obras del siglo de oro, de todos los poetas, novelistas… ediciones salidas a la luz de la postguerra, de José María Pemán, José Antonio Primo de Rivera, Girón de Velasco, entre otros”. Estas obras de referencia -diccionario y enciclopedia ya se encontraban entre los fondos de la anterior biblioteca y siguen conservados en la actualidad como parte del fondo antiguo, entre otros volúmenes. El diccionario Espasa compuesto por 70 volúmenes publicados entre 1911 y 1926, diez apéndices de entre 1930 y 1933, suplementos desde 1934 hasta el año 2005; el Diccionario Enciclopédico Hispano Americano editado entre 1889 por la editorial Simón Montaner en 26 volúmenes. 

La Falange omitía que históricamente Villanueva de los Infantes había contado con este servicio y este fondo procedía de la anterior biblioteca.  Se ignora el tiempo que estuvo abierta, el documento gráfico del periódico provincial dejó constancia de esta biblioteca comarcal.

En una carpeta rubricada “Creación de Biblioteca. Antecedentes” del archivo municipal y de la biblioteca de Villanueva de los Infantes se conserva una carta -más bien particular- fechada en Campo de Criptana el día 24 de octubre de 1945 por el director de la biblioteca Jose Antonio Manjavacas dirigida a Virgilio Cano, administrativo del ayuntamiento de Villanueva de los Infantes. Dicha carta informa de cómo fundar una biblioteca pública municipal, “o mejor dicho, la transformación de la que tenéis en el ayuntamiento… de la forma que la tenéis, es una cosa muerta”. Se está refiriendo a la Biblioteca creada por la Falange.

Cuarta etapa o cuarta biblioteca, se inicia con la mencionada  Orden publicada en 1953 por el Ministerio de Educación Nacional ( BOE nº 200). Con anterioridad, el 15 de diciembre de 1952 el alcalde de Villanueva de los Infantes don Dionisio Barnuevo solicitaba ayuda al Ministerio de Educación Nacional para la creación de una nueva biblioteca, y así quedar incorporada al Servicio Nacional de Lectura. Se constituyó la Junta de la Biblioteca el 29 de diciembre de 1952, siendo designado bibliotecario don Virgilio Cano de la Hoz. En el expediente de apertura contaba con 10.399 habitantes de hecho y 10.668 de derecho, cuya población se dedicaba mayoritariamente a la agricultura y ganadería. El porcentaje de analfabetos en Infantes era de un 30% , había nueve escuelas públicas, además del “Asilo” del Sagrado Corazón de Jesús, el colegio de santo Tomás de Villanueva y la Academia Cervantes donde se cursaban estudios de enseñanza media. En cuanto a la industria destacaban dos fábricas de harinas, una de embutidos con matadero industrial, una de mosaicos, tres de ladrillos y tejas, tres de gaseosas y de hielo, una de elaboración de jabón, cinco de aceite, dos de curtidos, una de alcohol y aguardiente, industrias de construcción de muebles y artesanía y elaboración de quesos. La biblioteca se instaló en el ayuntamiento en la segunda planta.

El diario provincial Lanza del 16 de enero de 1954 relata la crónica que al día siguiente llegaría a la provincia el director general de Archivos y Bibliotecas, Sintes Obrador, para inaugurar e inspeccionar los centros dependientes de su departamento, acompañado por el gobernador Civil y el presidente de la Diputación y otras autoridades. En su visita de dos días, inauguraría la biblioteca de Daimiel en su primer día y al día siguiente la “reciente y magníficamente instalada” biblioteca municipal de Infantes; también se hizo eco de la noticia La Vanguardia y  ABC el día 20 de enero.

Los movimientos habidos de obras leídas, lectores asistentes y el número de préstamos recogido durante el primer año se contempla en el ilustrativo gráfico elaborado por el encargado de la biblioteca don Virgilio Cano, destacando la asistencia de lectores en sala.

 El 26 de enero de 1957, el acta de la Junta Local presidido por el alcalde don Modesto de Bustos Arroyo, acuerda elevar las cuotas a los socios a doce pesetas anuales y por los libros a 50 céntimos el préstamo; se insta a las personas pudientes, especialmente a las industrias, a que sus obreros salariados se suscriban con la “ficha de lector colectivo”. El 26 de enero de 1960 se suscribió el concierto entre el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas de Ciudad Real firmado por doña Isabel Pérez Villalta y el Ayuntamiento, siendo alcalde don Miguel Fernández de Sevilla. En el concierto se consignaba las obligaciones, entre ellas, el presupuesto que no debe de ser inferior a 5.000 pts., el reglamento, la formación de la Junta y sus competencias, la dirección técnica de la biblioteca y el régimen económico de recursos propios e ingresos por cuotas de socios protectores, subvenciones, donativos, etc. La estadística de 1960 refleja la composición del fondo con 2.352 libros. En cuanto al presupuesto va en aumento, así en el año 1966 ascendía a 15.000 pts., en 1970 a 28.000 pts., en 1974 a 32.000 pts., en 1976 subiría 35.000 pts. En 1964 el “socio protector” pagaba la cuota de 25 pts.  al semestre.


Con el transcurrir del tiempo la biblioteca necesitaba otro espacio por la gran cantidad de fondos y la afluencia de lectores; así se tomarían acuerdos para buscar espacios adecuados. Debido al incremento del número de usuarios, el 20 de noviembre de 1964 Virgilio Cano de la Hoz, expone que atender simultáneamente la demanda de libros y la vigilancia de la sala le impedía realizar plenamente las dos tareas por haber aumentado considerablemente el uso de la misma, por lo que se producían continuados altercados; incluso deteriorando libros y arrancando páginas de los mismos. En 1968 el diario Lanza titulaba una noticia con el epígrafe de “gamberrismo” en la biblioteca de Infantes donde los lectores estudiantiles habían arrancado hojas de albúmenes que contenían los desnudos de la Maja de Goya.

Tras la proclamación de la Constitución de 1978, los Estatutos de Autonomía de las Comunidades Autónomas junto con otras normativas estatales y autonómicas asumen el desarrollo de servicios bibliotecarios como básicos y obligatorios. Reforzado por la Unesco al considerar las bibliotecas como instituciones democráticas para la enseñanza, la cultura y la información; un servicio público que de un modo natural debe ser el centro cultural de una colectividad. A finales del siglo XX la Consejería de Educación Cultura de la Junta de Castilla-La Mancha afirmó que las bibliotecas era sin duda la infraestructura cultural más consolidada y el reto era la implantación de las nuevas tecnologías articulando el sistema bibliotecario regional. Se pasó de poco más de 100 bibliotecas a más de 350 bibliotecas en 1997 en la región.

El 6 de diciembre de 1983, la corporación presidida por el alcalde Miguel Montalbán Simarro, acordó ubicar la Casa de Cultura en la antigua Alhóndiga. La población en 1984 era de 6.424 habitantes, contaba con un centro de secundaria y otro de FP, cuatro centros escolares públicos de EGB (Fuente Vieja, Silos, Trinidad y Calle Feria) y un privado de educación primaria; creándose posteriormente el centro de educación de adultos.


La quinta biblioteca

Quinta etapa o quinta biblioteca. Tras la reforma integral del antiguo centro penitenciario, la alhóndiga fue abierta al público a últimos de enero de 1990 como Casa de Cultura. La biblioteca es trasladada a la primera planta de dicho edificio por el bibliotecario don Antonio Galán Gall (actual director de la biblioteca de la Universidad de Castilla La Mancha) recayendo en él la reorganización de los fondos (5.000 volúmenes), expurgos y la distribución del espacio en diferentes secciones integrados en una sala única y como canalizador de las inquietudes culturales relacionado con el libro, la literatura y las artes en todas su manifestaciones.



La biblioteca integrada en el Centro Coordinado de Ciudad Real, se regirá en esta etapa por la orden del 4 de octubre de 1991 y marcará los servicios bibliotecarios mínimos, horarios,  condiciones del local y del personal y los compromiso con el ayuntamiento. El Plan director del libro (1996-2000) de la JCCM, integrado en el Plan estratégico de Cultura girara en torno a las reformas legislativas sobre la nueva organización del sistema bibliotecario. Se suprimen los Centros Coordinadores Provinciales y el buen funcionamiento de la red dependerá de la cooperación entre las diversas instituciones, JCCM y ayuntamientos. En 1997 la Consejería de Cultura abre líneas de colaboración con los ayuntamientos de la región con subvenciones para adquisiciones bibliográficas, grabaciones sonoras y visuales, informatización y contratación de bibliotecarios; así como ayudas para la celebración de actividades de animación a la lectura.

La década de los noventa del pasado siglo en cuanto a los programas de animación a la lectura se articularon bajo un lema general. En 1990 bajo el lema El cine en la literaturaMúsica y literatura en 1992,  Leyendo se entiende la gente en el año 1993, Leer es cosa de todos en 1994, Para pensar con libertad en el año 1997, en el año 1998 dedicadas a Federico García Lorca y la Generación del 98. Villanueva de los Infantes participó activamente en todas las Jornadas coordinadas por Teresa González Marín, jefa del Centro Coordinador provincial de Bibliotecas.

El tránsito de final de siglo XX al XXI, la biblioteca amplia sus secciones y fondo con acceso a Internet, fonoteca y videoteca. Continuará proyectos e iniciará otros con programas propios o en colaboración: Día del Libro, efemérides locales, conferencias, exposiciones, conciertos, certámenes literarios, Jornadas sobre el conocimiento del Campo de Montiel (1999-2006), Jornadas Literarias Nuevos cauces de la Literatura y el Arte, Jornadas Quevedianas, Cervantinas, Rutas de Patios, etc. Puesta en marcha de talleres de cuentacuentos, iniciación al teatro, club de lectura infantiles y de adultos, se mantendrán encuentros con autores del panorama nacional, regional y provincial: Angela Valvey, Antonio Brines, Félix Grande, Fernando Arrabal, Antonio Sarrión, David Trueba, A. Gómez Rufo, Manuel Valero etc. Recital poético literario con Eduardo Aute, etc.

Han pasado treinta y cinco años y a grandes rasgos esta etapa se ha caracterizado por el acceso libre a los fondos, incremento y actualización constante de la colección y actividades de fomento a la lectura y con la gratuidad en los servicios bibliotecarios.

En 1997 comenzó la catalogación automatizada con el programa de gestión Libermarc del fondo bibliográfico; lo que supuso la fusión del catálogo local de la biblioteca al catálogo colectivo de la Red, con una única existencia de tarjeta de usuario válida para todas las bibliotecas de la región, el cual permite el préstamo simultáneo de varios documentos en cualquier biblioteca perteneciente al sistema regional; con posibilidad de realizar reservas o de renovación de préstamos en línea. Tiempos nuevos para lecturas nuevas y servicios complementarios vía internet y Wifi en sala.

En el año 2000 se incorporó un puesto de acceso a Internet y nuevos soportes electrónicos: (VHS, DVD, CD-DD, CD-ROM). En el 2014 la biblioteca entró a formar parte de la Red de Bibliotecas de Castilla La Mancha a través del sistema integrado de automatización de gestión bibliotecario (Absysnet). Ha recibido dieciocho premios María Moliner del Ministerio de Cultura desde que fue creado en el año 2000 por la programación realizada cada uno de los años.

Actualmente tiene un fondo bibliográfico de 26.490 registros. Conforman la colección el material efímero de folletos, carteles, estampas, libros de festejos, programas electorales, comparsas de carnaval, pregones de ferias y fiestas, de cruces, propaganda comercial, publicaciones periódicas que han proliferado a lo largo del tiempo como Balcón de Infantes, Periódicos escolares de Villanueva de los Infantes.

El año 2005 con motivo del IV Centenario de la publicación del Quijote, marcó un gran acontecimiento con el descubrimiento del “Lugar de la Mancha” por un equipo científico multidisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid, se abrió nuevas perspectivas de desarrollo del conocimiento y de la literatura en Villanueva de los Infantes, un lugar del Campo de Montiel. La Biblioteca desarrolló un macro proyecto cultural para conmemorar la efemérides; sobresaliendo la transcripción manuscrita del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha por todos los habitadores del Campo de Montiel y visitantes a la localidad.

Se ha creado una sección dedicada al siglo de oro dedicada a Quevedo y Cervantes con un rico fondo bibliográfico a través de donaciones y compra de ediciones que van del s. XVII al XX; pasando a formar parte del patrimonio histórico bibliográfico y documental. La colección local ha sido incrementada por obras y manuscritos de autores y temas locales para el conocimiento del pasado, presente y futuro de la localidad.

En cuanto al edificio en el año 2019 se mejoró con la instalación de un ascensor para la accesibilidad a la sala de lectura siendo alcalde don Antonio Ruiz Lucas, eliminando las barreras arquitectónicas. Quedan muchos retos por desarrollar. Convertir la biblioteca en un centro moderno de reunión, de ocio, de lectura y aprendizaje. Una remodelación del edificio con adecuación de espacios para niños y adultos con sala de estudio; además de equipamiento en el uso de las nuevas tecnologías, digitalización y catalogación de materiales y programas, etc. El acceso a la información ya no tiene límites y las bibliotecas del ámbito rural tienen que modernizarse con fondos digitales. Es decir, un plan que permita el desarrollo, transformación y modernización en un centro adecuado a las necesidades y retos del siglo XXI.

Ha sido un honor formar parte de la historia de esta biblioteca desde el 2 de noviembre de 1992 hasta el 14 de febrero de 2024. Leer sigue y seguirá estando vigente, sea cual sea su formato y el material en el que la escritura se disponga.

*María Ángeles Jiménez ha sido bibliotecaria de Infantes los últimos treinta y dos años

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