𝐄𝐥 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐀𝐥𝐦𝐞𝐝𝐢𝐧𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐢𝐜𝐢𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐯𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐫𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐘𝐚́𝐧̃𝐞𝐳 de Almedinia


𝐄𝐥 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐀𝐥𝐦𝐞𝐝𝐢𝐧𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐢𝐜𝐢𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐯𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐫𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐘𝐚́𝐧̃𝐞𝐳 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐬𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐚𝐥 𝐌𝐮𝐬𝐞𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧 𝐩𝐚́𝐫𝐫𝐨𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨 𝐯𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐫𝐞𝐩𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐚𝐝𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐢́𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧.

José Antonio Talavera Sánchez, el alcalde socialista de Almedina, un municipio castellanomanchego de la comarca del Campo de Montiel, ha pedido por carta al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, la devolución de un cuadro misteriosamente desaparecido tras la Guerra Civil y localizado gracias a una investigación del traductor y editor de Llibres de l'Encobert, José López Camarillas. La localidad, de la que López Camarillas es hijo, sufrió en 1940 el expolio de una obra de Fernando Yáñez de la Almedina, introductor del Renacimiento pictórico en la península ibérica y discípulo de Leonardo da Vinci. La obra, pintada probablemente en la segunda década de siglo XVI, sufrió los efectos del terremoto de Lisboa de 1755 y solo se conservó la tabla que representa a Santa Ana, Santa Isabel, María, el niño Jesús y San Juanito.
En 1931, el entonces director del Museo del Prado, Fernando Álvarez de Sotomayor, trató de comprar el cuadro, pero la enfermedad del obispo que negociaba la operación y la proclamación de la II República (dimitió por estar en contra del nuevo régimen) impidieron la venta. Tras el estallido de la Guerra Civil, el artista republicano Domingo Cipriano Salvador Gijón volvió a su localidad natal, Villanueva de los Infantes (municipio vecino de Almedina) para encargarse de la protección del patrimonio artístico, por orden del alcalde socialista Braulio Martín Valero. Así, se dedicó a identificar y a depositar en la parroquia de Infantes las obras de arte de la comarca.
Por miedo a que fuera destruida por la violencia iconoclasta en la retaguardia republicana, Cipriano Salvador custodió la obra de Francisco Yáñez en su vivienda de Infantes, siempre dejando constancia ante las autoridades republicanas. El 23 de abril de 1938, los responsables de la protección de las obras artísticas evacuaron el cuadro (también conocido como La Santa Generación) a Barcelona.
Tras el final de la Guerra Civil, sin pista alguna sobre el paradero de la tabla de Yáñez, el nuevo ayuntamiento franquista de Almedina denunció varias veces la desaparición del cuadro. Cipriano Salvador, principal sospechoso, fue detenido en 1939 y estuvo encarcelado en diferentes campos de concentración y prisiones franquistas hasta 1946.
Sin embargo, tal como publicó José López Camarillas en la revista especializada Archivo de Arte Valenciano, “mientras las autoridades franquistas buscaban la tabla y Cipriano sufría las consecuencias, La Santa Generación colgaba de las paredes del Prado”. Y es que en 1940 la iglesia de San Andrés de Villanueva de los Infantes recibió la obra de la mano del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. El sacerdote Ramón Gómez-Rico inició en cuanto recibió la tabla negociaciones con el Museo del Prado, de nuevo, dirigido por Fernando Álvarez de Sotomayor. La obra fue vendida por 15.000 pesetas, que se destinaron a la reforma de la cubierta de la parroquia.
“El sacerdote de dicha villa, pese a saber que el cuadro era propiedad de Almedina y conocer que estaban juzgando a Cipriano Salvador por su desaparición, decidió hacerlo pasar por patrimonio de Infantes y vendérselo al Prado”, recuerda el actual alcalde en su misiva al ministro de Cultura.
La localidad, que cuenta con una pequeña réplica de la obra y con una placa de reconocimiento a Cipriano Salvador, batalla para que la pintura retorne a su lugar de origen y para que se reconozca el papel de su protector. “Creemos que 88 años sin nuestro cuadro más querido son más que suficientes y que Cipriano Salvador merece pasar a la historia como un héroe, no como un ladrón”, afirma el primer edil.
Por su parte, José López Camarillas sostiene que “cualquier gesto que tenga la administración hacia Cipriano Salvador es poco dado el papel que jugó por defender el patrimonio del Estado y que pagó con años de prisión por una condena injusta”.
López Camarillas, divulgador de la memoria histórica con la editorial Llibres de l'Encobert, enmarca la reivindicación de Almedina en la memoria democrática del patrimonio artístico y, también, en la supervivencia de la España vaciada. “Sería”, dice el investigador, “una buena oportunidad de demostrar que existe ese modelo, que hace más de un siglo Cipriano Salvador defendía: llegó a redactar en la Exposición Iberoamericana de Sevilla un plan de turismo sostenible para La Mancha con el Quijote como eje”.
“𝐿𝑒 𝑟𝑜𝑔𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑒𝑙𝑣𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑎𝑔𝑟𝑎𝑣𝑖𝑜 𝑦 𝑝𝑒𝑟𝑚𝑖𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝐿𝑎 𝑆𝑎𝑛𝑡𝑎 𝐺𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑎 𝑎 𝑠𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎”, concluye el alcalde José Antonio Talavera Sánchez en su carta dirigida al ministro Urtasun.
Fuente: eldiario.es
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