Reflexiones... "𝐋𝐀 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐑𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐏𝐎𝐃𝐄𝐑"
«𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑛𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑖𝑣𝑜 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎, 𝑠𝑖𝑛𝑜 𝑔𝑎𝑟𝑎𝑛𝑡𝑖𝑧𝑎𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑎 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑎 𝑒𝑛 𝑛𝑎𝑑𝑎» y que «𝑢𝑛 𝑝𝑢𝑒𝑏𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑖𝑛𝑔𝑢𝑖𝑟 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑 𝑦 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑡𝑖𝑛𝑔𝑢𝑖𝑟 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑒𝑙 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑦 𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑙». Que «𝑢𝑛 𝑝𝑢𝑒𝑏𝑙𝑜 𝑎𝑠𝑖́, 𝑝𝑟𝑖𝑣𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑟 𝑦 𝑗𝑢𝑧𝑔𝑎𝑟, 𝑒𝑠𝑡𝑎́, 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟𝑙𝑜 𝑛𝑖 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑒𝑟𝑙𝑜, 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑒𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑜𝑚𝑒𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑎𝑙 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎. 𝐶𝑜𝑛 𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎𝑠𝑖́, 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑎𝑠».
Esto escribió Hanna Arendt, que creyó encontrar en la divulgación periodística de los «Papeles del Pentágono» durante la presidencia de Richard Nixon, y que provocaron su renuncia a la Casa Blanca, un punto de inflexión para la esperanza en la regeneración de la política por aquellos años basada en meras campañas de imagen de los líderes. Obviamente distingue claramente el mentir como excepción ocasional -fruto de la necesidad o la conveniencia y de la fragilidad humana- respecto de la utilización de la mentira como instrumento al servicio de conseguir el sometimiento de la población con la que poder hacer lo que se desea.
Es propio de políticos con vocación de autócratas sin límites éticos ni morales a su actuación para conseguir y mantenerse en el poder.
Es muy conveniente meditar sus palabras, que son fruto de una vida transcurrida en tiempos en los que se produjeron acontecimientos decisivos para la humanidad, en la que florecieron revoluciones, tiranos, déspotas y dos guerras mundiales. Y en los que la mentira fue gran protagonista de ello y de anticipo de la actual era de la «posverdad».
Cinco ejemplos de mentiras mundiales que tuvieron efectos trágicos y de desgracia en la humanidad son:
𝗘𝗹 𝗴𝗿𝗮𝗻 𝗲𝗻𝗴𝗮𝗻̃𝗼 𝗱𝗲 𝗛𝗶𝘁𝗹𝗲𝗿. Adolf Hitler utilizó la «Gran Mentira» como una táctica de propaganda, acusando a los judíos de ser responsables de los problemas de Alemania. Esta mentira fue fundamental para justificar las políticas antisemitas del régimen nazi y llevó a la persecución y exterminio de millones de judíos durante el Holocausto.
𝗘𝗹 𝗲𝘀𝗰𝗮́𝗻𝗱𝗮𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗽𝗲𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗲𝗻𝘁𝗮́𝗴𝗼𝗻𝗼: en 1971, los papeles del Pentágono revelaron que el Gobierno de Estados Unidos había mentido al público sobre la escala y la naturaleza de su participación en la Guerra de Vietnam. Estos documentos mostraron que las administraciones de Kennedy y Johnson habían engañado al Congreso y al pueblo estadounidense sobre el progreso y las perspectivas de la guerra.
𝗘𝗹 𝗲𝘀𝗰𝗮́𝗻𝗱𝗮𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗪𝗮𝘁𝗲𝗿𝗴𝗮𝘁𝗲: en 1972, el presidente Richard Nixon y su administración intentaron encubrir su participación en el robo de documentos del Comité Nacional Demócrata en el complejo de oficinas de Watergate. Nixon afirmó que «nadie en la Casa Blanca estaba involucrado», lo cual resultó ser falso. Este escándalo llevó a la renuncia de Nixon en 1974.
𝗘𝗹 𝗰𝗮𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗯𝗲𝗯𝗲́𝘀 𝗲𝗻 𝗞𝘂𝘄𝗮𝗶𝘁: en 1990, durante la primera Guerra del Golfo, se difundió una historia falsa sobre soldados iraquíes sacando a bebés de incubadoras en Kuwait y dejándolos morir. Esta historia, que resulto ser fabricada, fue utilizada para generar apoyo público para la intervención militar en la región.
𝗔𝗿𝗺𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝘀𝘁𝗿𝘂𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗺𝗮𝘀𝗶𝘃𝗮 𝗲𝗻 𝗜𝗿𝗮𝗸: en 2003, la administración de George W. Bush afirmó que Irak poseía armas de destrucción masiva, lo cual fue una justificación clave para la invasión de Irak. Posteriormente, se descubrió que no había evidencia creíble de tales armas, lo que generó una gran controversia y desconfianza hacia el Gobierno.
Estos ejemplos muestran cómo las mentiras políticas pueden tener consecuencias profundas y duraderas, afectando la confianza pública, la política internacional y la vida de millones de personas y más recientemente, uno de los récords más notorios de mentiras en un solo discurso fue establecido por Donald Trump. Durante un mitin en Racine, Wisconsin, junio del año en curso, se identificaron 30 mentiras en un discurso de aproximadamente 90 minutos. Esto equivale a una mentira cada tres minutos, según el verificador de hechos de CNN, Daniel Dale.